Una chimenea es una instalación muy apreciada en una vivienda. A su faceta funcional, la de producir calor y ofrecer un ambiente más agradable y cálido en la vivienda, se le suma el apartado estético, pues en muchos salones ejercen un protagonismo importante en la decoración.
Las chimeneas requieren de un proceso de instalación, de modo que a la hora de elegir la chimenea perfecta hay que tener en cuenta diferentes aspectos que repasamos a continuación.
Las medidas disponibles
El primer paso para elegir chimenea es conocer el espacio disponible. Hay que calcular bien los metros para la instalación, decidir en qué parte de la vivienda se va a instalar y contar con la ayuda de profesionales para dejarse asesorar por su experiencia.
Chimeneas de leña, las de toda la vida
Una chimenea de leña es una chimenea de toda la vida. Son modelos abiertos, con un interior decorativo de piedra o ladrillo que no necesita barrera de seguridad de ningún tipo. Aportan clasicismo a la vivienda y resultan ideales para una vivienda rural o un refugio de montaña. Funcionan con leña y resultan muy decorativas, especialmente si están integradas en la pared.
El inconveniente principal es que su rendimiento es muy bajo y la diferencia de eficacia frente a una chimenea cerrada es muy alta. Por otra parte, estas instalaciones obligan a estar atentos para evitar que salten chispas y produzcan accidentes.
Chimenea metálica
Una buena opción para no tener que llevar a cabo grandes obras en casa. La chimenea metálica es fácil de montar y no ocupa mucho espacio, además no es necesario que esté integrada en la pared.
Su rendimiento es muy elevado, la eficiencia calorífica ronda el 75%. El hierro es un gran material para transmitir calor y la producción de monóxido de carbono es bastante reducida.
Chimenea de hogar cerrada
También conocidas como cassettes o recuperadores de calor. Son una evolución de las chimeneas abiertas, parten del mismo concepto pero incluyen una puerta que ayuda a garantizar la seguridad.
Reducen el consumo de leña y con ellas se alcanza mayor poder calorífico. Son más limpias que las chimeneas tradicionales pero generan menos calor en las estancias en las que están instaladas.
Estufas de leña
Si comparamos este producto con cualquier chimenea, su ventaja principal es que es mucho más fácil de instalar. Suelen tener un tamaño medio y funcionan con leña, carbón o pellets. En el mercado hay modelos de todo tipo y son una apuesta interesante par calentar el hogar de manera económico.
A la hora de elegir este tipo de estufa, hay que atender al tamaño de la estancia a calentar, por lo que es aconsejable consultar a un profesional.
El mantenimiento de la chimenea
Un último aspecto importante a la hora de elegir chimenea o estufa es el mantenimiento y la limpieza. Las chimeneas abiertas son las que más problemas pueden ocasionar, porque requieren una limpieza periódica para retirar cenizas.
Con este tipo de instalaciones se recomienda también hacer una revisión completa y deshollinar los conductos de extracción de humo. Los expertos aconsejan realizar estas tareas en primavera, cuando ya ha pasado el invierno, la época de mayor uso de las chimeneas.